Sabiamos que no iba a ser fácil. Teniamos claro que había que trabajar duro pues el rival jugaba en rombo mientras que nosotros defendemos 2-2… y eso pone a nuestro sistema contra las cuerdas…
Pese a la mentalización y a las recomendaciones desde el principio se vio claro que no era nuestro día. Iván, de baja tras el último partido, decide no cambiarse. Albertito llega tardísimo al partido (ya me entendéis ¿no?) y estuvimos los 5 primeros minutos cojos en la portería. Rafa anda renqueante de un golpe en las costillas…
En fin, que el partido se resume de la siguiente manera: si el rival basa todo su juego en darsela a su numero 10 ¿por qué no somos capaces de defender en equipo a ese jugador?
La frase del partido se produjo en 2 tiempos. A la media parte, Iván ejerciendo de mister dice “al siguiente que le entre al 10, lo cambio y no juega más”… ya en el vestuario, una vez se acaba el partido Iván sentenció “¡joder! Es que al final os he dejado jugar porque hasta Albertito le ha entrado al 10”
Fue nuestro peor partido en muchas semanas. No fuimos un equipo ni en defensa ni en ataque. Defendiendo estuvimos horrorosos. No sólo porque el 10 nos crease problemas en cada jugada (el chaval se fue a dormir pensando que él es mejor que Mecí) sino porque lo hicimos todo tan mal que en cada jugada nos atacaban en superioridad, que no eramos capaces de cortar el balón, que no… ¿y en ataque? Se resume en que ni tan siquiera sabemos si su portero hubiese parado algún balón. Los puntas se alejaban del balón en el inicio de la jugada, la pelota nos quemaba en los pies…
Vamos, de esos días en los que lo más positivo es pensar que ya se ha acabado el partido.
Un último dato. Probablemente haya sido el partido en el que más hayamos corrido… y no hemos conseguido nada de nada.
En fin, la semana que viene jugamos contra Tarraco Solar a las 16:00 en San salvador… un partido en el que las cosas nos saldrán mejor (anque el rival tenga 3 numeros 10!!)