Uno de los hombres dice: 'Oye Big Leroy, el jefe ha mandado que te folles a este sujeto... Dice que es para que aprenda a no querer hacerse el valiente con la gente del barrio.' La víctima grita desesperada e implora perdón. Pero Leroy apenas asiente con la cabeza, ignorando los lamentos del chico: 'Déjenlo ahí en ese rincón, ya me encargo yo de ese hijo de puta dentro de un momento.'
Cuando los dos hombres salen, el muchacho dice: 'Sr. Leroy, por favor, no me haga eso, déjeme ir que yo no le diré a nadie que usted me ha dejado ir sin castigo... Leroy le dice: ¡Cállate la boca y quédate quieto ahí! Cinco minutos después, llegan los dos hombres arrastrando otro individuo: 'Big Leroy, el jefe ha mandado que le arranques a este elemento las dos piernas y que le saques los ojos para que aprenda a no llevarse el dinero del jefe.' Leroy contesta con voz grave: 'Déjenlo ahí en ese rincón, que ya resuelvo yo ese asunto.'
Poco después llegan los mismos hombres, arrastrando a un tercer muchacho: 'Big Leroy, el jefe ha dicho que capes a este tipo, para que aprenda a nunca mas meterse con la mujer del jefe. Leroy contesta con voz más grave aún: 'Ya resuelvo eso. Ponlo allí en el rincón junto a los otros dos hijos de puta esos.'
Cuando se retiran los tipos, el primer muchacho que había llegado primero dice entonces en voz baja: Señor Leroy, con todo respeto, sólo para que usted no se vaya a confundir, yo soy al que hay que follarse...¿eh?
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